Plausibles, intolerantes
Destinadas a encontrarse
Pero no a soportarse,
Y las distancias se unieron
Y pasaron decenios
Y seguían allí.
Dos personas dispuestas a todo
Reconocidas por nada
Tan faltos de afecto
Tan carentes de olvido
Buscando amor propio
Donde todo se había perdido.
Ya no era la noche
La que iba con ellos
Ni el reflejo del sol
No tenían sendero planeado
Pero sí el pensamiento arruinado.
Se quisieron
Se adoraron
Y se amaron con gana
Pero pudo más la desdicha
Y ahora lloran sin calma
Y sus noches pasan en vela
El uno sin el otro
Queriéndose a ratos
Pensando se siempre
Olvidándose a pocos.