viernes, 28 de noviembre de 2014

Árboles desnudos y siniestros

Árboles desnudos, que rondan,
medianoches y amaneceres,
pesadillas y simples recuerdos banales,
¿que es lo que he visto?
el árbol se ha movido,
junto a las fauces del mismo río
que tanto le ha prohibido.
sus hojas marchitas se dilatan al sol,
y su frondoso ramaje,
cual sistema nervioso, muy nervioso.
¡Siniestro! ¡es siniestro!
lo he visto, le han matado,
colgándole gente como decorativos,
con los ojos moribundos y blanquecinos,
me ha hablado, me ha escuchado,
por mis sueños se ha pasado,
me ha contado historias,
de esas que no existen ni en la ficción,
gente muerta, dando alaridos,
el árbol estirando sus brazos,
solo para darles descanso eterno.
El crujir de su ramaje,
me incita al suicidio,
y luego miro su tristeza, quisiera acompañarlo,
y en los sueños tiene hojas,
y los pájaros en su copa,
el sol resplandece sobre el,
y la luna lo arrulla mientras duerme,
el árbol me ha llamado,
las campanas colgadas de sus ramas,
gritan, claman, me llaman,
y al final soy solo una de sus hojas al viento,
esperando terminar colgada del cuello
al final de mis días.

Nayeth Dalí.

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