No llores princesa de dulces ojos,
pues la noche acude en tu ayuda
y la luna con su menguar
recogerá tus lagrimas de cristal.
No estés triste, muñeca de dulces ojos
pues el día aguarda por tu belleza
y el brillo de tu sonrisa,
invoca el resplandor del sol do quier.
Por qué estas triste?,
no te aconsejo que no lo estés
pues la luna brilla en el cielo
y tu corazón esta lleno de vida.
Has de estar feliz, doncella humilde
puesto que Dios te ha dotado
de todas las maravillas que no se encuentran
sino solo en tu ser.
No llores náyade de turbias aguas
pues tus lagrimas borran
la dulzura en tu semblante
y opacan el brillo de tus ojos.
Juan Ruiz
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