A veces miro en tus ojos
y veo pequeños pasos,
que aún no deduzco
si van al cielo o al infierno,
escalinatas infinitas
que dan paso a la vida
o a la inmortalidad.
Sentada, te veo sentada,
y me sonríes
y te sonrío,
e intento acercarme
pero comienzo el paso
por las escalinatas,
donde tropiezo
y luego caigo
y me levanto
y espero
imagino, deduzco,
y subo nuevamente.
Miro en tus ojos
dos grandes estrellas infinitas,
y tu sonrisa la luna eterna,
ya no camino en las sombras
ahora las escalinatas son claras
no tengo miedo,
no muero cada vez que estoy
porque llegas con tus ojos
y todo tu ser,
para tomarme de la mano
y ayudarme a subir
por las escalinatas,
las interminables escalinatas.
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